4 mitos de las frutas y verduras congeladas
Las frutas y verduras congeladas se han convertido en una gran alternativa para quienes tienen poco tiempo para preparar sus comidas.
La Organización Mundial de la Salud ha destacado que es fundamental incluir frutas y verduras en la dieta diaria para mejorar el estado de salud y prevenir el desarrollo de enfermedades.
En el mercado se pueden encontrar alternativas para consumir más de estos alimentos, especialmente para aquellas personas que no les gusta pelar, cortar o prepararlos por falta de tiempo. Hablamos de las frutas y verduras congeladas.
Un artículo de Centro de Investigación en Alimentación y Desarrollo (CIAD) señala que existe el mito de que estos productos no son los más recomendables para incluir en una dieta, por ello, Fernando Ayala Zavala, académico de la Coordinación de Tecnología de Alimentos de Origen Vegetal, aclara algunas dudas.
- ¿Su usan químicos para su conservación?
El académico señala que aunque la tendencia es no utilizarlos o usar conservadores de origen natural, algunas frutas y verduras pueden contener conservadores.
- ¿Pierden valor nutricional al congelarse?
Ayala Zavala afirma que sí pierden valor nutricional, pero de una manera más lenta que los productos refrigerados o almacenados a temperatura ambiente. Esto se debe a que la congelación disminuye el deterioro de los alimentos más no lo elimina.
- ¿Pierden textura y sabor por el congelamiento?
Sí, afirma el investigador, y se puede notar al descongelar los productos. Además, la sensación de los sabores puede disminuir, en primer lugar porque las temperaturas frías no permiten que los compuestos del sabor y el aroman puedan detectarse de forma notoria como en los productos frescos, y en segundo porque durante el descongelado se pierden estos compuestos.
- ¿Es seguro congelarlos de nuevo estos productos?
El especialista del CIAD aclara que no es seguro congelar frutas y verduras de nuevo una vez que ya son descongelados. Esto se debe a que no solo ocurren cambios en su textura y sabor, sino que al aumentar la temperatura pueden creer microorganismos y reproducirse rápidamente, lo que podría causar enfermedades gastrointestinales.
Una recomendación sería congelar por porciones que vayan a utilizar para consumirse en una sola preparación.
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