¿Antojo de algo dulce todo el tiempo? Es posible que necesites más de este nutriente
Los antojos por algo dulce podrían indicar que hace falta consumir más ciertos nutrientes o que no se está comiendo suficiente.
Tener antojo de algo dulce en ocasiones puede ser algo normal, sin embargo, podría tratarse de algo más serio cuando esas ganas de tener una dosis de azúcar se presenta repentinamente y los impulsos son casi imposibles de controlar.
En un artículo para The Healthy, la dietista registrada y escritora de nutrición, Brittany Lubeck, explicó que el impulso o sentir la necesidad de consumir alimentos ricos en azúcares puede indicar que hace falta ingerir más proteínas en la dieta diaria.
Las proteínas, según la Clínica Universidad de Navarra, son nutrientes que realizan un mayor número de funciones en las células de los seres vivos y forman parte de la estructura de los tejidos.
¿POR QUÉ EL ANTOJO DULCE SE ASOCIA CON LA FALTA DE PROTEÍNAS?
De acuerdo con la dietista, el consumo adecuado de proteínas hace que el azúcar en la sangre de los alimentos se libere en el torrente sanguíneo de una manera más lenta que cuando los carbohidratos se comen solos o en una porción muy grande.
Esto significa, según Lubeck, que comer proteínas ayudará a estabilizar el azúcar en la sangre y evitar picos de glucosa y caídas que pueden provocar problemas, como son los antojos dulces.
De tal manera que se ha recomendado agregar más fuentes saludables de proteínas a la dieta, pues de esta forma se mantienen estables los niveles de azúcar en la sangre al mismo tiempo que se ralentiza la tasa de absorción de almidones y carbohidratos en los alimentos.
La experta agregó que si aún se tienen antojos de cosas dulces a pesar de consumir alimentos ricos en proteínas, tal vez pueda suceder que no se estén comiendo calorías suficientes.
Cabe mencionar que la cantidad de proteínas a consumir en un día depende de la edad, el sexo, peso y hasta el nivel de actividad. No obstante, la Escuela de Medicina de Harvard ha indicado que se debe comer de 1.4 a 2 gramos de proteína por kilogramo de peso corporal.