Antibióticos no funcionaron y recurrió a un enemigo de las bacterias para salvar a su esposo
El hombre estaba atestado de bacteria.
Al ver que ningún antibiótico ayudaba a su marido en la lucha contra una bacteria mortal, una mujer decidió recurrir a un enemigo natural de las bacterias para salvar la vida del hombre.
De acuerdo con CNN, en 2016 los médicos le dijeron a la mujer que su esposo, Tom Patterson, estaba demasiado atestado de bacterias para vivir.
Strathdee tuvo una conversación con su marido después de la charla con los doctores y le dijo:
Cariño, se nos acaba el tiempo. Necesito saber si quieres vivir. Ni siquiera sé si puedes oírme, pero si puedes oírme y quieres vivir, por favor aprieta mi mano'. Y esperé y esperé"...Y de repente, apretó muy fuerte. Y pensé: '¡Oh, qué bien!'. Y luego pensé: '¡Oh, dios! ¿Qué voy a hacer?'".
¿UN MILAGRO?
La mujer hizo lo que podría calificarse como algo milagroso, se lee en una nota de CNN. Ella encontró un oscuro tratamiento que ofrecía esperanza: Combatir las bacterias con bacteriófagos, virus creados por la naturaleza para comer bacterias.
Posteriormente, Strathdee convenció a expertos especializados en bacteriófagos de todo EU para que cazaran y picotearan en diferentes zonas privilegiadas de reproducción de bacterias. Había un objetivo que parecía imposible y era el de identificar rápidamente los pocos bacteriófagos, exquisitamente únicos, con la capacidad de combatir una cepa específica de bacterias resistentes a los antibióticos que estaban afectando a su esposo.
Posteriormente, la Administración de Alimentos y Medicamentos de EU (FDA, en inglés), tenía que dar luz verde a ese cóctel no probado. Además, los académicos tenían que purificar la mezcla para que ésta no provocara un daño mortal.
Tres semanas después la mujer fue testigo de cómo los doctores le inyectaron la mezcla por vía intravenosa a su marido y le salvaban la vida, por lo que ahora comparte el mensaje de que "los virus pueden ser la medicina" ante la creciente amenaza de las superbacterias resistentes a los antibióticos.
¿QUÉ LE PASÓ A TOM?
En 2015 Tom se encontraba en un crucero de Acción de Gracias por el Nilo cuando de repente comenzó a tener fuertes calambres estomacales. Acudió a una clínica en Egipto para recibir atención médica pero en el lugar no le ayudaron con sus síntomas y estos solo empeoraban.
Patterson fue trasladado en un avión a Alemania, donde los doctores descubrieron un absceso abdominal del tamaño de una torona lleno de Acinetobacter baumannii, una bacteria virulenta que es resistente a casi todos los antibióticos.
Esta bacteria fue localizada en las arenas de Medio Oriente y se introdujo en las heridas de las tropas de Estados Unidos alcanzadas por las bombas de carretera durante la guerra de Iraq y ganó el apodo de 'Iraqibacter'.
De acuerdo con Strathdee, muchos veteranos sobrevivieron a las explosiones de las bombas pero no lograron sobrevivir a la bacteria mortal.
Cabe mencionar que la Acinetobacter baumannii actualmente encabeza la lista de patógenos peligrosos de la Organización Mundial de la Salud (OMS) para la que se necesitan nuevos antibióticos de manera urgente.
El en caso de Tom, su salud comenzó a empeorar y fue trasladado a San Diego, donde era profesor de psiquiatría. Tenía días en los que mejoraba y después se deterioraba y a lo meses comenzó a desarrollar un fallo multiorgánico debido a que su cuerpo estaba infectado sistémicamente por una virulenta bacteria resistente a los medicamentos.
El apretón de manos que Tom dio a Strathdee hizo que ella pusiera manos a la obra e investigó sobre el uso de bacteriófagos y se puso en contacto con académicos que trabajan con ellos.
Uno de los desconocidos que respondió rápidamente fue el bioquímico de la Universidad de Texas A&M Ryland Young. Lleva casi 45 años trabajando con bacteriófagos.
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Mientras en el laboratorio de Texas trabajan, al mismo tiempo se intentaba obtener la aprobación de la FDA para poder inyectar el cóctel de bacteriófagos en Patterson, sin embargo, después de trabajo científico y de papeleo, la mujer logró ver cómo los médicos inyectaban los bacteriófagos en los abscesos llenos de pus del abdomen de su esposo y no vieron ningún efecto negativo, al contrario, parecía estabilizarse un poco y continuarían con la terapia cada dos horas.
A los tres días Tom levantó la cabeza de la almohada para salir de un coma profundo y puso besar la mano de su hija.
Ahora, después de más de seis años, Patterson está jubilado, es capaz de caminar 5 kilómetros al día, dedica su tiempo a la jardinería y viaja por el mundo con su pareja.
No obstante, la enfermedad le cobró factura, pues a Tom se le diagnosticó diabetes y ahora depende de la insulina, además tiene daños leves en el corazón, perdió sensibilidad en la planta de los pies y sufre daños en el intestino que afectan a su dieta.
Actualmente, Steffanie Strathdee y Thomas Patterson cuentan la carrera científica que siguieron para salvar al hombre en el libro 'The Perfect Predator'.