Enfermedades

Consejos de especialistas para aliviar y prevenir el dolor de garganta

Los dolores de garganta leves suelen desaparecer por sí mismos en poco tiempo.

Purificación León. EFE/REPORTAJES

El dolor de garganta puede producirse por múltiples causas. “Las más frecuentes son benignas y se deben a infecciones. Las infecciones víricas constituyen la causa principal en la infancia. Las infecciones bacterianas, como las debidas al estreptococo beta hemolítico del grupo A, se acompañan de fiebre alta y malestar general”, señaló Miguel Ángel Melchor, especialista del Instituto de Otorrinolaringología y Cirugía de Cabeza y Cuello de Madrid.

El especialista informa que las primeras, es decir, las infecciones causadas por virus son mucho más frecuentes que las originadas por bacterias.

Otra causa frecuente de dolor de garganta leve que persiste en el tiempo, con sensación de cuerpo extraño o flema en la parte inferior de la garganta, puede ser el reflujo gastroesofágico, por el que la garganta se ‘quema’ por el ácido que escapa del estómago”.

Durante los meses más fríos del año, las infecciones víricas y las sobreinfecciones bacterianas son más frecuentes y, por lo tanto, también es más habitual el dolor de garganta.

Los especialistas creen que esto se debe a:

  • Estacionalidad de algunos virus respiratorios
  • Mayor concentración de personas en espacios cerrados como hogares, oficinas o colegios
  • Debilitamiento de las defensas locales de las mucosas por efecto del frío

Los dolores de garganta leves suelen desaparecer por sí mismos en poco tiempo y sólo se necesita una buena hidratación, dieta equilibrada y un tratamiento analgésico suave. No obstante, en ciertos casos es necesario acudir a la consulta del médico.

Así, Magdalena Pérez Ortín, vocal de la Comisión de Laringología de la Sociedad Española de Otorrinolaringología y Cirugía de Cabeza y Cuello (SEORL-CCC) indica que hay que ir al médico “si el dolor de garganta viene acompañado de mal estado general (fiebre alta mayor de 38.5 ºC, postración o incapacidad para tragar líquidos) o si persiste más de dos o tres semanas, especialmente en pacientes fumadores, sobre todo cuando no hay un proceso infeccioso asociado”.

Asimismo, el doctor Melchor subraya que los dolores crónicos que se mantienen en el tiempo y, en especial si se irradian al oído, pueden deberse a lesiones tumorales que habría que descartar.

ANTIBIÓTICOS, ¿SÍ O NO?

Los antibióticos sólo sirven para combatir a las bacterias. Por lo tanto, únicamente son necesarios si el dolor de garganta se debe a una infección bacteriana.

“Existen algunos síntomas que pueden hacernos sospecharlo, como fiebre alta, ganglios dolorosos en la parte anterior del cuello o gran afectación del estado general”, detalla el doctor Melchor.

“En estos casos debemos citarnos con nuestro médico de atención primaria que, tras una exploración, determinará si precisamos antibioterapia o no”, manifiesta la doctora Pérez Ortín, que es la otorrinolaringóloga encargada de la Unidad de Disfagia del Hospital de Alcorcón en Madrid.

La especialista recuerda que los antibióticos “sólo tratan la infección bacteriana, no resuelven problemas virales ni irritativos, ni tienen efecto sobre el dolor por lo que, junto a la elevada tasa de resistencias, está completamente desaconsejado su uso aleatorio o como automedicación”.

En este sentido, la Organización Mundial de la Salud (OMS) destaca que la resistencia a los antibióticos es hoy “una de las mayores amenazas para la salud mundial, la seguridad alimentaria y el desarrollo”.

Pero, ¿por qué se produce la resistencia a los antibióticos? Ocurre que el uso abusivo e indebido de los antibióticos está haciendo que estos fármacos pierdan eficacia.

“Cada vez que una persona toma antibióticos, mueren las bacterias que son sensibles al antibiótico (aquellas a las que todavía este medicamento puede atacar), pero quedan vivas las bacterias resistentes, que pueden crecer y reproducirse”, exponen los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades de Estados Unidos (CDC).

Estas bacterias resistentes son muy difíciles de combatir y pueden hacer que enfermedades que se trataban de manera eficaz con antibióticos se conviertan en infecciones peligrosas.

Para prevenir este problema, es importante tomar antibióticos sólo si han sido recetados por un médico, no utilizar los antibióticos que hayan sido recetados a otra persona y cumplir con el tratamiento prescrito hasta el final, sin abandonarlo aunque los síntomas hayan desaparecido.

ALIVIO DEL DOLOR

Independientemente de cuál sea la causa del dolor de garganta, hay algunas medidas que pueden ayudar a aliviar las molestias.

El doctor Melchor destaca que es importante mantener una buena hidratación de las mucosas que, por sí sola, a menudo suaviza los síntomas producidos por la sequedad.

“Ante molestias leves, se pueden utilizar durante pocos días analgésicos como el paracetamol o los colutorios que nos indique el farmacéutico.  Es importante no abusar y no prolongarlos en el tiempo. Además, si las molestias persisten, debemos acudir al médico”, apunta el otorrinolaringólogo.

De igual modo, la doctora Pérez Ortín subraya la importancia de beber abundante agua e indica que no se debe fumar ni beber alcohol.

Cuando nos duele la garganta, “hay que evitar la menta, el eucaliptus, el mentol y sus derivados así como el regaliz. Es mejor tomar alimentos que favorezcan la secreción de saliva, como los cítricos, o que suavicen, como la miel”, aconseja.

Además, la especialista indica que el frío “es un analgésico eficaz por lo que, en cuadros infecciosos faríngeos, tomar bebidas frescas nos puede aliviar el dolor y favorecer la deglución (el tragar)”.

Para prevenir las afecciones de garganta, la experta afirma que lo más importante es evitar el tabaco y el alcohol, además de hidratarse correctamente.

También recomienda prescindir de las cenas copiosas y no abusar de productos con mucha sal o azúcar. “No hay que acostarse tras una comida o cena sino esperar un mínimo de dos horas”, apunta.

“No se debe abusar de los productos mentolados pues producen sequedad e irritación faríngea. Asimismo, tenemos que evitar los ambiente secos (por ejemplo debido a la calefacción o al aire acondicionado) o bien humidificar el ambiente. También es importante ventilar a diario”, manifiesta.

Además,  recomienda evitar el sobreesfuerzo vocal y lavarse las manos con agua y jabón para prevenir la transmisión de microorganismos causantes de enfermedades, sobre todo, tras estornudar o toser y antes de comer.

El doctor Melchor recalca que la mejor prevención es una dieta equilibrada, evitar el tabaco y el alcohol, realizar ejercicio físico suave regularmente y beber dos litros de agua al día, principalmente en ambientes secos, para ayudar a mantener en buen estado las mucosas.

“Nuestro organismo es una maquinaria muy precisa y, si la tratamos bien, resistirá mucho mejor las agresiones externas”, concluye.

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