Joven de 17 años muere por raro trastorno sanguíneo que confundieron con amigdalitis
A la joven le recetaron antibióticos pero no surtieron efecto.
Una joven 17 años murió a causa de un raro trastorno sanguíneo luego de que los médicos pensaran que tenía amigdalitis.
De acuerdo con el Daily Mail, Leah Rogers se fue de vacaciones con sus amigos a Mallorca en mayo y cuando regresó se enfermó y los doctores sospecharon que tenía amigdalitis y le recetaron antibióticos, los cuales no surtieron efecto y recibió un segundo diagnóstico de fiebre glandular.
Después la adolescente, que murió el pasado 7 de junio, fue diagnosticada con un trastorno sanguíneo potencialmente mortal llamado linfohistiocitosis hemofagocítica.
SU SALUD EMPEORÓ
La condición de Leah siguió empeorando y después se le informó a su familia que había sufrido de insuficiencia hepática y fue trasladada al Hospital Queen Elizabeth en Birmingham.
En ese lugar le diagnosticaron linfohistiocitosis hemofagocítica que causa insuficiencia orgánica ya que destruye las células sanas en lugar de las infectadas.
El estado de salud de Leah se deterioró e incluso le pidieron a su familia que se despidiera de ella porque probablemente no pasaría la noche. Murió horas más tarde.
La familia ahora busca crear conciencia sobre la devastadora condición con la esperanza de evitar que otros experimenten el "dolor insoportable" que han soportado.
¿QUÉ ES LA LINFOHISTIOCITOSIS HEMOFAGOCÍTICA?
De acuerdo con el Cincinnati Children's, la linfohistiocitosis hemofagocítica, también llamada HLH (sigla en inglés de hemophagocytic lymphohistiocytosis), es un trastorno de inmunodeficiencia.
En este tipo de trastorno, hay una parte del sistema inmunitario que falta o tiene fallas. Esto significa que el organismo no puede combatir las infecciones como debería.
Como resultado, una persona con HLH podría sufrir infecciones frecuentes que por lo general son más graves y duran más de lo habitual.
Cuando se sufre de HLH, ciertos glóbulos blancos (linfocitos T y macrófagos) no pueden dejar de estar activos y se acumulan en órganos como la piel, el bazo y el hígado.