¿Qué le puede pasar a tus pies si usas calcetines sucios?
La recomendación es lavar los calcetines después de usarlos una vez.
Los calcetines sucios pueden ocasionar problemas a tus pies. | Imagen por Drazen Zigic en Freepik
Los calcetines son prendas de vestir que se utilizan para cubrir y proteger los pies y por lo general, están elaborados de algodón, lana, nylon u otros materiales similares.
Este tipo de ropa tiene varias funciones, como son: Protección entre la piel y el calzado, absorción de la humedad que se acumula en los pies e higiene al absorber el sudor que puede contribuir al crecimiento de bacterias.
Los calcetines, como sucede con otras prendas, deben lavarse después de usarlas una sola vez, pero si aún así te preguntas qué puede sucederle a tus pies si los usas sucios, aquí te lo contamos.
QUÉ PASA SI TE PONES CALCETINES SUCIOS
Quedarse sin calcetines limpios puede llevar a pensar en la posibilidad de utilizar un par sucio y creer que no va a pasar nada, pero la verdad es que sí podría sucederle algo a la salud de tus pies.
En un artículo para The Healthy, el doctor en medicina podiátrica, Wenjay Sung, y David Petrillo, químico dermatológico explicaron que los calcetines sucios ayudan a la higiene de los pies y previenen infecciones fúngicas o bacterianas, mientras que los que están sucios tienen un efecto contrario.
Esto puede ocasionar que se produzca un olor desagradable debido a la combinación de sudor, bacterias y células muertas de la piel de los pies.
Otro efecto que puede presentarse con el uso de calcetines sucios es el riesgo de infecciones por bacterias como Staphylococcus y hongos como Trichophyton, a los cuales les encanta la condición cálida y húmeda.
Estos hongos y bacterias pueden provocar infecciones que van desde la picazón leve hasta infecciones fúngicas, como el pie de atleta o las infecciones bacterianas.
A eso hay que sumarle la irritación o incluso daños a la piel de los pies, ampollas, eccema y llagas abiertas.
Por estos motivos es importante no utilizar calcetines sucios y la recomendación es cambiarlos una vez al día, aunque esto dependerá de la susceptibilidad de cada persona a las infecciones y de las actividades que realiza cada día.
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