Errores que debes evitar al limpiar la piel de tu rostro
Es importante conocer los errores más comunes para mejorar tu técnica y lograr una piel limpia y radiante.
Para mantener una piel del rostro limpia y sana es importante apegarse a una rutina de skincare acompañada de paciencia, dedicación y tiempo que repitas todos los días por la mañana y por la noche.
Pero antes de eso, expertos de Garnier consideran que es importante conocer los errores más comunes que tal vez has cometido en alguna ocasión o que sigues cometiendo para aprender de ellos, evitarlos y mejorar tu técnica para lograr una piel de 10: Sana, radiente y firme.
¿Quieres saber cuáles son? Te los compartimos a continuación:
- Lavar la cara con cualquier jabón
Este suele ser el error más común. Pensamos que utilizar cualquier jabón o el mismo gel para el cuerpo no afecta a la piel del rostro, sin embargo, puedes dañarla porque necesita atención y productos diferentes a cualquier otra parte del cuerpo.
- Usar toallitas desmaquillantes a diario
Este producto no es malo, sin embargo, es mejor utilizarlo en ocasiones específicas como cuando sales de fiesta, llegas tarde a casa y no te apetece hacer toda la rutina para desmaquillarte.
Debes de saber que las toallitas no limpian la piel del rostro a profundidad y tampoco son equivalentes a lavarse la cara con productos de limpiadores adecuados.
- No te lavas las manos antes de limpiar tu cara
Muchas mujeres utilizan el jabón o limpiador facial con las manos sucias y están cometiendo un error, pues lo que sucede es que se extiende la suciedad involuntariamente. El primer paso debe ser lavarte bien las manos y después seguir con tu rutina facial.
- Excederte con la exfoliación
La recomendación es exfoliar la piel del rostro de una a dos veces por semana para eliminar células muertas y promover la regeneración celular. Cuando te excedes con la exfoliación puedes provocar irritaciones.
- Secar tu rostro de manera brusca
Después de limpiar la cara trata de secar la piel dando pequeños toques con la toalla. Evita hacerlo rápidamente y con mucha presión para que no irrites la zona y no promuevas la ruptura de la elasticidad de la piel. También es un básico que la toalla con la que limpias tu cara esté limpia para que las bacterias no regresen a tu piel.
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