¿Qué pasa si tengo insuficiencia cardíaca y hago ejercicio?

La insuficiencia cardíaca es una afección en la cual el corazón ya no puede bombear sangre rica en oxígeno al resto del cuerpo de forma eficiente. Esto provoca que se presenten síntomas en todo el cuerpo.

Por lo general, un paciente con insuficiencia cardíaca siente cansancio (astenia) y debilidad muscular. Motivo por el cual en ocasiones reducen su actividad (por ejemplo, salen menos de casa), y al usar menos los músculos estos pierden fuerza con el tiempo.

Sin embargo, la inactividad física es perjudicial para los pacientes con insuficiencia cardíaca, ya que puede favorecer la progresión de la enfermedad. El ejercicio físico realizado de forma regular y progresiva tiene muchos efectos beneficiosos como mejorar la calidad de vida y la capacidad de esfuerzo, reduce las hospitalizaciones y prolonga la supervivencia.
 

Caminar, nadar o andar en bici

De acuerdo con especialistas, es importante que los pacientes con dicha enfermedad se mantengan siempre activos, de preferencia durante todos los días. Salir a caminar podría ser un excelente entrenamiento para ellos.

Otras alternativas pueden ser nadar o salir a pasear en bicicleta por el parque o montarse a una estática en casa. Recuerda que el  ejercicio realizado correctamente no daña el corazón, sino todo lo contrario, lo entrena y lo mantiene fuerte. 

Un portal especializado en insuficiencia cardíaca, menciona la importancia de evitar aquellos ejercicios contra resistencias fuertes, como las pesas de varios kilogramos, pues pueden ser perjudiciales para el corazón.

Si decides empezar a realizar ejercicio, comienza con esfuerzos pequeños y cada semana incrementarlos lentamente, por ejemplo hacer 5-10 minutos más de ejercicio y con el paso de los días ir aumentando. Si el paciente nota síntomas (disnea, cansancio) debe descansar durante un tiempo; cuando se haya recuperado puede reanudar el ejercicio.
 

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