"Murieron de covid": Altares en México recordarán mucho más a los que se fueron
Durante el 1 y el 2 de noviembre que se celebra el Día de los Muertos, muchos recuerdan a sus fallecidos que perdieron la batalla contra el covid.
En México, en víspera del Día de muertos los mexicanos afinan en sus casas los últimos detalles de los altares. Este año miles de familias perdieron a sus seres queridos por la pandemia del covid.
"Esta ofrenda se hizo en memoria de mis dos hermanos, que fueron jugadores profesionales, uno del Cruz Azul y otro del Atlante, y de mi mamá. Mi mamá y mis dos hermanos fallecieron los tres en quince días", cuenta este sábado a Efe Marcelo Romero frente al imponente altar instalado en el estacionamiento de su casa.
Marcelo, de 60 años también perdió a varios en su familia. En el barrio bravo de Tepito, uno de los más humildes del corazón de la Ciudad de México, hay un altar de cuatro niveles y cerca de dos metros de altura.
El de los Manrique esté año suma en su ofrenda de difuntos a tres: Ana María, Armando y Mario. "En diciembre pasado los tres enfermaron de covid, primero Mario falleció. A los 10 días mi mamá y a la semana mi hermano Armando. Teníamos hospitalizados a seis (familiares) y solo lograron salir tres", explica con enorme entereza Marcelo, de 60 años, pese a que fue "un golpe muy duro".
"Se le pone comida que les gustaba: frutas, refrescos, a lo mejor un pulque, camote, calabaza, comida típica mexicana. Tenemos la creencia de que ellos vienen en la noche y prueban un poco la ofrenda", relató.
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Ya es el segundo año que María del Carmen López, profesora de primaria, dedica en el salón de su casa, ubicada en el sur de la capital, una ofrenda a su esposo, Jorge, fallecido a los 65 años, y a Manuel, uno de sus hijos, quien murió a los 37.
Fue una de las primeras familias mexicanas afectadas por el covid. En marzo del 2020 uno de sus alumnos contagió a Carmen y ella a Jorge y a Manuel.
Los tres fueron ingresados en un hospital, pero cuando Carmen despertó tras 40 días en coma, ellos ya no estaban. "La que tenía que morir era yo porque fui la que empezó con covid", dijo a Efe con la cicatriz de la traqueotomía todavía visible en el cuello.
De tres niveles, la ofrenda de Carmen está cubierta con manteles blancos, escoltada por una catrina (figura de una presumida mujer esqueleto) y adornada con flores, velas, frutas, el tradicional pan de muerto, dulces y una biblia para rezar el rosario.
El colorido Día de Muertos, la celebración mexicana más universal, nace de la fusión entre tradiciones prehispánicas y católicas, y muestra cómo se funden en un abrazo la tristeza por la pérdida de alguien y la alegría por la vida que queda.
"Mantener esta tradición es bien importante porque te mantienes conectado. No es que vivas del pasado, pero es hacer honor a quien honor merece", sentencia Carmen.
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