¿Cómo saber si tus hijos están normalizando la violencia, la ira y las agresiones?
"¿Será posible que estamos aceptando y fomentando un trastorno de la conducta?", es la pregunta que lanza un especialista.
En México últimamente se han visto un incremento notable de niños y adolescentes en la participación del crimen organizado.
Es notable como también de manera activa se ha idealizado en los niños y adolescentes las prácticas de violencia, la devaluación del respeto a padres, así como las conductas agresivas ante la frustración.
En el campo de la psicología infantil se pueden dividir los trastornos mentales en internalizados y externalizados (Achenbach, 2006).
La conducta de los niños y adolescentes
Entre los trastornos externalizados, se encuentra los trastornos de conducta y en esta categoría se define cuando existe un patrón frecuente y persistente de ira, irritabilidad, discusión, desobediencia hacia figuras de autoridad, por lo que sería bueno preguntarse y ser sinceros, si los niños:
¿Pierden los estribos a menudo y con facilidad?, ¿Se irrita, Se enoja y resiente con otras personas con frecuencia?
En el caso de los adolescentes, se recomienda preguntarse: ¿A menudo, discute con las personas de autoridad?, ¿A menudo, desobedece de forma activa y se niega a cumplir con las reglas de los adultos?, ¿Culpa a otras personas por sus errores o mal comportamiento con bastante frecuencia?
En caso de que, en las preguntas anteriores, algunas de las respuestas fueran afirmativa, el
Dr. Israel Castro, Paidopsiquiatra del Hospital de Salud Mental de Tijuana A.C., menciona que le gustaría preguntar:
- ¿Qué tanto como sociedad estamos normalizando este comportamiento?
- ¿Qué tanto como padres minimizamos las evasiones de responsabilidades, las devaluaciones y una conducta hostil poque consideramos que es parte supuesta de una edad difícil?
Cuando se cumple los criterios y los síntomas de las preguntas iniciales, habría que considerar la posibilidad de hablar de un trastorno, pues es importante comentar que esta conducta puede iniciar en etapas tan tempranas como a los 5 o 6 años hasta antes de los 18 años y no solo se debe a una simple situación en específica sino más bien en varios ambientes, considerando también que debe presentar una duración de más de seis meses.
Piden prestar atención a ciertas conductas
El experto indica que es muy común que de manera tendenciosa se hayan implementado estas situaciones en la cultura, aceptando que la violencia, las agresiones y discusiones sean parte del día a día y por lo tanto aceptándolo también en los infantes y adolescentes, e ignorando que son focos rojos de un problema más profundo, donde a veces solo se identifica el problema cuando observamos ya la complicación de la conducta delictiva.
En la literatura médica, se sabe que los trastornos de conducta están altamente asociados con complicaciones como trastorno de ansiedad, trastornos depresivos y bipolares, trastorno por déficit de atención e hiperactividad y trastorno de consumo de sustancias.
Por tal motivo los padres, tutores y responsables del menor, tendrían que estar pendiente si las características de la ira, la irritabilidad, las discusiones y la desobediencia es una simple etapa o representa la puerta de entrada de múltiples trastornos que limitan el éxito y el desarrollo de las capacidades de la niñez.
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En los adolescentes, debido a la etapa de crecimiento, existe una vulnerabilidad innata para las características mencionadas, esta vulnerabilidad se explica debido a ciertas áreas de su cerebro que aun se encuentra en desarrollo.
Esto representa una imposibilidad en muchos aspectos de lograr una proyección de sus actos y una concientización real de los mismos y están mucho más a la merced de las emociones sobre todo de la ira ya que el sistema de inhibición aun se encuentra en construcción, por lo que es en esa edad donde se necesita mucho más la supervisión de sus acciones y la orientación sobre sus consecuencias .
Es importante comentar que las agresiones no solo son golpes, en esa categoría entra humillación y maltrato, un ejemplo seria en las redes sociales como se critica expresando comentarios ofensivos a otras personas, por lo que todos somos parte de la solución.
Por ello, el doctor Castro destaca la importancia de ayudar a los niños y adolescentes, así como a generar estrategias de protección para evitar ser participes de actos violentos y observamos el comportamiento para actuar con prontitud.
Fuente: Dr. Israel Castro.- Paidopsiquiatra del Hospital de Salud Mental de Tijuana A.C.
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