8 Pasos para lavar una lechuga y evitar el riesgo de bacterias dañinas
Dos especialistas en seguridad alimentaria dan a conocer los ocho pasos indispensables para lavar una lechuga
Las verduras de hoja verde, como la lechuga a veces están contaminadas con microbios dañinos.
De acuerdo con los Centros de Control y Prevención de Enfermedades (CDC), este tipo de vegetales son una fuente importante de infecciones por E. coli O157, norovirus, Salmonella, Listeria y Cyclospora.
Las bacterias dañinas pueden vivir en la lechuga mientras se cosecha y pasa por el proceso de empaque”, dice Katie Sabatini, una dietista que trabaja como garantía de calidad y seguridad alimentaria gerente en Little Leaf Farms.
Jay Weinstein , chef e instructor de artes culinarias a base de plantas en el Instituto de Educación Culinaria, menciona:
Por lo que, es indispensable siempre lavar la lechuga antes de consumirla."Los contaminantes van desde pesticidas hasta arena y lodo".
Proceso de ocho pasos para lavar una lechuga
1. Lavado de manos: Sabatini recomienda que antes de manipular la lechuga no olvides lavar tus manos durante al menos 20 segundos; usa agua tibia y jabón.
2. Corta la lechuga: Siempre debes retirar hojas o cortar la lechuga a la mitad en lugar de enjuagar toda la cabeza, pues al lavar la lechuga completa podrías estar ignorando cualquier suciedad oculta entre las hojas o el centro.
3. Tazones de agua fría: Prepara su estación para eliminar los gérmenes de la lechuga. Debes llenar 'dos recipientes grandes con agua fría del grifo', según Jay.
4. Sumerge la lechuga: Katie explicó que la temperatura juega un papel importante en el enjuague adecuado de la lechuga.
5. Temperatura del agua: La temperatura de lavado también influye en la seguridad y calidad de los alimentos. "Las hojas tiernas de la lechuga son más susceptibles a los efectos adversos en la calidad del agua de lavado que está demasiado caliente, lo que puede incluir marchitez, escaldado, flacidez y mayor pérdida de frescura, entre otros", dice Sabatini.
6. Agitar vigorosamente: El siguiente paso es sumergir completamente las hojas de lechuga cortadas o rotas en el primer recipiente de agua", dice Weinstein. "Agitar vigorosamente, usando los dedos sueltos para evitar magullar las hojas".
7. Repite el proceso: "Saca la lechuga del agua y déjela escurrir por goteo antes de transferirla al segundo recipiente y repetir el proceso", dice Weinstein. Ahora siente el fondo del recipiente en busca de arena. Si encuentras alguno, repite el proceso hasta que el recipiente no tenga arena.
8. Secar lechuga: Por último, gira las hojas para secarlas con un centrifugador de lechugas o una toalla limpia o una funda de almohada. Jay explicó que la lechuga húmeda se echa a perder más rápido, por lo que debe asegurarse de que esté seca antes de volver a colocarla en el refrigerador.
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