Naranja: Conoce todas las propiedades, beneficios y mitos detrás de esta fruta
La naranja es una fruta que aporta una infinidad de nutrientes, el más conocido es su alto contenido en vitamina C.
La naranja es una fruta muy apreciada en los cinco continentes, pues aportan infinidad de nutrientes, entre los que destaca su elevado contenido en vitamina C, ácido fólico y minerales como el potasio, magnesio y calcio, indica Ana Checa, nutricionista y directora de las clínicas que llevan su nombre.
MULTIVITAMINAS
“Pero la C no es la única vitamina que encontramos en la naranja, ya que esta fruta también es rica en vitaminas del grupo B (como la B1, B2, B3, B6 y B9) y en vitamina A. Contiene, asimismo, beta-caroteno, que es el responsable de su color. Además, en la naranja hay ácido málico, oxálico, tartárico y cítrico”, detalla la experta en nutrición.
La especialista señala que la naranja también contiene pectina, que se encuentra en su parte blanca.
Todos estos nutrientes tienen su papel en el desarrollo de distintas funciones en nuestro organismo. Ana Checa explica que el principal es la vitamina C, que se encarga de la formación del colágeno, de los huesos, los dientes y los glóbulos rojos, además de favorecer la absorción del hierro presente en los alimentos.
El ácido fólico favorece el crecimiento de los tejidos y el trabajo celular. Asimismo, junto con las vitaminas C y B12, ayuda al cuerpo a descomponer, utilizar y crear nuevas proteínas, entre otras muchas funciones".
En cuanto al beta-caroteno, la especialista señala que es el encargado de darle a esta fruta su característico color.
“Se trata de un tipo de provitamina A, que nos protege frente a enfermedades cardiovasculares y de la vista, a la vez que favorece el buen estado de la piel, del cabello y del sistema inmunológico”, manifiesta.
En lo relativo a los minerales, la naranja aporta, sobre todo, potasio y magnesio.
“El potasio es muy necesario para la generación y transmisión de los impulsos nerviosos y la actividad muscular, mientras que el magnesio se relaciona con el funcionamiento del intestino, los nervios y los huesos”, apunta la nutricionista.
Por otro lado, “el ácido cítrico es el encargado de potenciar la acción de la vitamina C, que ayuda a la eliminación de residuos como el ácido úrico y favorece la absorción del calcio en el intestino. La naranja también contiene ácido málico, que es el que le aporta el sabor ácido y amargo”, describe.
Por último, la pectina, que se halla en la parte blanca de la naranja, “es un laxante natural, por lo que nos ayuda a regular el tránsito intestinal y también reduce los niveles de colesterol en sangre”, afirma Ana Checa.
Mitos de la naranja y la vitamina C
La naranja es una fruta con un aporte calórico muy bajo que, según explica Ana Checa, "se sitúa alrededor de unas 40 o 42 Kcal por cada 100 gramos. Se trata de una fruta saludable y ampliamente consumida en todo el mundo pero que también ha alimentado algunos mitos".
Uno de los más extendidos es el que dice que consumir naranja ayuda a prevenir y curar la gripe y los resfriados.
“Son muchos los estudios científicos que se han realizado para comprobarlo con resultados poco concluyentes sobre esta afirmación”, comenta la nutricionista.
En este sentido, aclara que la ingesta de vitamina C “tomada a diario no tiene ningún efecto en la prevención de resfriados o gripes. Algunos estudios sí refieren que puede acortar los síntomas, pero no previene que nos contagiemos de un resfriado o una gripe”, expresa.
Otra falsa creencia ha ido arraigando a lo largo de los años a fuerza de repetir “bebe ya el zumo de naranja que se le van las vitaminas”. Sin embargo, aunque hayamos escuchado esta afirmación muchas veces, "resulta que es falsa", indica la galena.
“Varios estudios realizados sobre el comportamiento de la vitamina C indican que esta no se ve modificada con el paso del tiempo. Lo que sí puede cambiar es el sabor o el amargor del zumo, pero las vitaminas no se evaporan”, asegura Checa.
No obstante, la nutricionista afirma que es preferible comer una naranja que tomar zumo de naranja.
“La fruta siempre se ha de consumir entera, ya que las cantidades de fibra que nos va a aportar son muy superiores a las del zumo. Si la hacemos zumo, aparte de quitarle toda la fibra, su poder saciante sería menor que si tomamos la fruta entera”, manifiesta.