Bajo el sol ardiente: Los efectos del verano en nuestra piel y cómo protegerla
Un verano saludable y feliz implica proteger nuestra piel conlos cuidados adecuados
La exposición excesiva al sol, independientemente del clima, puede dañar la piel. Sin embargo, en verano las probabilidades de daño son más altas si no te proteges de la manera adecuada. Los rayos ultravioleta (UV) del sol pueden ser muy perjudiciales para la piel, por tal motivo se recomienda tomar medidas preventivas.
La mayoría de los daños causados, ocurren después de permanecer demasiado tiempo bajo el sol; entre ellos se prensentan: erupciones cutáneas por calor causadas por una irritación de la piel debido a un exceso de sudoración, quemaduras solares, envejecimiento prematuro de la piel, hiperpigmentación y la presencia de arrugas.
Aún más grave, la exposición prolongada puede derivar a padecer cáncer de piel. Por lo cual, es importante protegerse aplicando protector solar, usando ropa protectora y evitando la exposición directa sobre todo en las horas más fuertes de calor.
5 Consejos para cuidar la piel en verano
Aunque es inevitable que la llegada del calor afecte en mayor o menor medida a nuestra piel, sí que se pueden realizar acciones que van a ayudar a minimizar los efectos. Estos son los cinco consejos recomendados por la Clínica Barrachina:
- Estar protegidos del sol, intentando no estar demasiado tiempo expuestos a los rayos solares, ya que éstos pueden afectar a nuestra piel.
- Hidratarse frecuentemente, ya que mantener los niveles de agua en límites óptimos va a mejorar el estado de la piel.
- Usar protectores solares que eviten la agresión de los rayos ultravioletas.
- Tener una correcta alimentación, que ayudará a proteger nuestra piel ante las inclemencias climatológicas.
- No abusar de ventiladores y aire acondicionado, ya que perjudican a la humedad de la piel.
Además, recuerda que es importante adaptar los cuidados de la piel según el clima. Esto puede incluir el uso de productos hidratantes adecuados, protección solar, limpieza y exfoliación regular, y ajustar la rutina de cuidado de la piel según las necesidades cambiantes de la piel en diferentes condiciones climáticas.