Historias en medio de la guerra: Los conflictos armados y la salud mental
La salud mental se vuelve más compleja sobre todo en medio de una guerra.
Rusia le declaró la guerra a Ucrania y esto ha despertado una alerta en ese país y sobre todo en sus ciudadanos.
The Associated Press publicó una de miles de historias que se pueden estar viviendo actualmente en Ucrania. Esta vez le tóco a Mikhail Shcherbakov en Kharkiv, que es la segunda más grande de este país.
Dice que mientras dormía, un fragmento de un misil le perforó el techo del apartamento donde vive. Escuchó ese ruido y se despertó. Corrió a buscar a un madre,pero sintió que algo explotó detrás de ella.
Ella no fue la única que vivió un momento de terror. Una mujer llamada Sasha quien también es residente de Kharkiv aseguró en medio de las lágrimas que “hoy tuve el peor amanecer de mi vida”.Corrió a su balcón y se dio cuenta que lo que escuchaba no se trataba de fuegos artificiales.
Los niños no escapan a estar realidad y es que muchos que se encuentran con sus padres también viven el terror de lo que es estar en incertidumbre y angustia, al no tener claro lo que ocurrirá en los próximos días en su país.
Las consecuencias en la salud mental de las personas que se encuentran en medio de la guerra
La revista del Instituto Nacional de Salud de Estados Unidos llamada "Biomédica", publicó el 22 de septiembre de 2021, las consecuencias de los conflictos armados en la salud mental de niños y adolescentes.
Todos son vulnerables, sin embargo los niños y adolescentes pueden vivir consecuencias mayores en medio de estos conflictos.
Según el estudio, fueron revisaron 72 de 586 artículos. Se detallaron experiencias psicológicas y síntomas somáticos anticipatorios.
Se evidenciaron síntomas regresivos, conductuales y cognitivos, como enuresis, miedo, tristeza, agresión, hiperactividad e inatención, entre otros.
También surgieron trastornos de adaptación, depresión, ansiedad y, en mayor medida, estrés postraumático.
En el caso de esto último, detallaron que niños entre 2 y 7 años de edad mencionaban temores a la separación familiar, reacción exagerada al ruido, estados nerviosos, agresividad y agitación.
En la niñez media y la adolescencia, otros estudios reportaron conductas de evitación, pérdida del apetito y de energía, y sentimientos de culpa.
Autores coincidieron en que el estrés postraumático se relacionaba estrechamente con la alteración del proceso cognitivo-emocional de la experiencia dolorosa y la poca capacidad para asimilar el trauma.