Descubre algunos secretos de la lavanda que quizás no conocías
La lavanda fue utilizada por los romanos para emplear baños relajantes, pero hoy en día también se han descubierto otros beneficios.
Una vez que has dejado secar las flores de lavanda, procede a machacar. Calienta a fuego lento el aceite de coco y une las flores ya machacadas. | Pixabay
Se dice que la lavanda tiene la capacidad de aliviar entre otras cosas el estrés corporal. Esta es una planta muy común al igual que el tomillo y el romero.
Su color violeta y fragancia única lo diferencia de otras. Una de las recomendaciones que hacen es que si quieren obtener mayor propiedad de la misma es recogerla por la mañana, porque disminuye la solución aceitosa o puede ser tomado por otros animales.
En el mes de julio es donde la cosecha comienza a tener floración. Hoy destacamos algunas de sus propiedades.
Puedes tomarla como una infusión para aliviar los síntomas emocionales como: el estrés, la ansiedad y el insomnio.
Te puede ayudar al tratamiento de la hipertensión y también te ayuda un mejor funcionamiento del sistema nervioso.
Puedes utilizarlo para eliminar bacterias como tricomona, infecciones vaginales, flujo vaginal, candidiasis entre otros.
Te alivia dolores como lumbar, torticolis, dolor de cabeza y dolor de pies. El aplicar un baño de lavanda contribuye a frenar la pérdida del cabello deteniendo la caída del mismo.
Si quieres frenar alguna infección, puedes utilizar un par de gotas de lavanda. Tiene propiedades antinflamatorias que te ayudarán a recuperarte de cualquier lesión, esguince entre otros.
Te compartimos una manera de preparar una infusión de lavanda y el acete.
Para la infusión: Necesitarás un racimo de flores de lavanda y ponlas a cocinar en una olla hasta que hiervan lo suficiente
Luego que ya esté hervida procede a colar. Puedes tomarlo de forma continua o en la aparición momentánea de síntomas como la ansiedad y el insomnio.
El aceite de lavanda: Toma unas flores de lavanda y sécalas durante un día en un ambiente fresco. Puedes agregarle aceite de coco.
Una vez que has dejado secar las flores de lavanda, procede a machacar. Calienta a fuego lento el aceite de coco y une las flores ya machacadas.
Deja hacer efecto por unas dos horas y cuela la preparación. Guárdalo en un envase de vidrio y déjalo en un espacio donde no le dé la luz.
Con información de ecocosas.
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