Estudio: El ejercicio aeróbico intenso podría considerarse como “escudo protector” contra el cáncer metastásico
Investigaciones muestran que las personas que hacen actividad física de manera regular parecen tener un menor riesgo de cáncer.
Mantenerse activo tiene importantes beneficios para la salud física y mental. De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS) realizar 150 minutos de ejercicio al día es recomendado para reducir el riesgo de producir enfermedades como derrames cerebrales o las que afectan al corazón.
Estudios muestran que las personas que hacen actividad física de manera regular parecen tener un menor riesgo de cáncer. Ahora, un nuevo estudio demuestra el notable impacto que el ejercicio físico intenso puede llegar a tener para evitar la aparición de metástasis, responsable del 90% de las muertes por cáncer.
La investigación, liderada por Carmit Levy, del Departamento de Genética Humana y Bioquímica de la Universidad de Tel Aviv, y por Yftach Gepner, de la Escuela de Salud Pública de la universidad israelí, indican que el ejercicio aeróbico de alta intensidad, como correr, ir en bici o andar cuesta arriba puede reducir el riesgo de cáncer metastásico hasta en un 72%”.
Estudio de humanos y ratones
Los investigadores, combinaron los datos obtenidos de un estudio epidemiológico que monitoreó a casi 3 mil personas sanas durante dos décadas con los datos de un modelo animal (ratones) que fue entrenado bajo un régimen de ejercicio estricto.
Ambos resultados coincidian. Según Gepner, se encontró que la actividad aeróbica redujo significativamente el desarrollo de tumores metastásicos en los ganglios linfáticos, los pulmones y el hígado, lo cual podría estar relacionado con un mayor consumo de glucosa inducida por el ejercicio.
Se examinaron dichos órganos y se demostró que aumentaban la ingesta de glucosa y se convertían en máquinas efectivas de consumo de energía, muy parecidas en su funcionamiento a los músculos. Se cree que esto sucede porque los órganos deben competir por los recursos de azúcar con los músculos. En consecuencia, si se desarrolla cáncer, comienza una feroz competencia por la glucosa.
"Nuestro estudio ha examinado órganos internos y ha comprobado que el ejercicio cambia todo el cuerpo, de modo que el cáncer no se puede propagar porque tiene menos glucosa disponible, y el tumor primario también se reduce de tamaño”, explican los investigadores, sin embargo plantean que se tendrán que validar en nuevos estudios.
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