¿Cómo reducir el dolor de un cartílago de rodilla desgastado?

Al hablar de un cartílago de rodilla desgastado, se habla de la artrosis de rodilla, la cual según la Clínica Universidad de Navarra es una enfermedad degenerativa y de "desgaste" que se presenta con mayor frecuencia en personas de edad avanzada, pero que también puede ocurrir en personas más jóvenes debido a lesiones previas en la rodilla.

De acuerdo con expertos, el cartílago se desgasta gradualmente disminuyendo la protección de los huesos. El signo principal y más evidente de padecer esta afección, sin duda es experimentar dolor en la zona, mismo que al inicio suele ser muy leve o sólo aparece cuando se realiza una actividad física importante.

Los síntomas más habituales son:

• Dolor en la rodilla.
   
• Fallo de la pierna al cargar en ella.
   
• Inflamación de la articulación.
   
• Rigidez de la articulación.

 

¿Cómo aliviar el dolor?

Lo primero que se recomienda para cuidar de tus rodillas en mantenerte en movimiento, hacer ejercicio constantemente, tomar líquidos y evitar el sobrepeso, debido a que la obesidad es otro factor que tiene una importante relación con el desarrollo de artrosis en las rodillas, pues justamente son las rodillas quienes soportan la sobrecarga de tu peso.

Estiramientos: La Clínica de rodilla y pie, indica que los estiramientos son fundamentales. Aunque no realices ejercicio con regularidad, podrías tomar 10 minutos para calentar y estirarte.

Aplica frío y calor: El frío es bueno para reducir la inflamación de la rodilla; el calor para mejorar la circulación sanguínea y mejorar el índice de cicatrización de los tejidos involucrados. En este caso, utiliza hielo o un trapo remojado en agua caliente según sea el caso, aplícalo en sesiones durante tres o cinco minutos hasta por media hora al día y notarás los resultados en poco tiempo.

Aliméntación: La importancia de la alimentación es con la intención de mantener un peso saludable, pero también de incorporar alimentos que beneficien tus cartílagos como los siguientes:

1. Lisina: Presente en proteínas animales, el queso y los frutos secos.
    
2. Colágeno: Huesos y gelatinas.
    
3. Ácido hialurónico: Hígado de bacalao, atún, pavo etc.

Tratamiento médico: Recuerda que es fundamental buscar la orientación de un médico o especialista en ortopedia para recibir el diagnóstico y tratamiento adecuados. Los tratamientos médicos pueden incluir: inyecciones de medicamentos, analgésicos, fisioterapia, entre otros.