Niña con 11 años y un peso de 124 kilos; un trastorno genético la hace tener un hambre insaciable
Sólo 3 mil 400 personas padecen este trastorno en Estados Unidos.
Una menor de 11 años llamada Angel, padece de un raro trastorno genético que la hace tener constantemente un hambre insaciable, a medida que se levanta en medio de la noche para llevar comida a su habitación. Esta afección la ha llevado a tener un peso bastante elevado, llegado a pesar 124 kilos.
Sherafien McDaniel, la madre de Angel ha estado respondiendo aquellas personas que la juzgan de mala madre por permitir el peso de su hija; es por ello que ha creado una cuenta de TikTok con la finalidad de crear conciencia sobre el síndrome de Prader-Willi e insta a la gente a "investigar" antes de atacarla.
De acuerdo con la Biblioteca Nacional de Medicina, el síndrome de Prader-Willi (PWS) es un trastorno genético poco común. Provoca un tono muscular deficiente, niveles bajos de hormonas sexuales y una sensación constante de hambre. La parte del cerebro que controla la sensación de saciedad o hambre no funciona correctamente en personas con SPW.
Una enfermedad que desencadena otras
El portal de Prader- Willi Catalunya, indica que la esperanza de vida para estas personas puede ser normal si se controla debidamente su peso. Sin embargo, la obesidad y sus complicaciones son causas frecuentes de desarrollar enfermedades y mortalidad.
En el caso de Angel, desarrolló un gran sarpullido en el cuerpo y tenía mucha sed, luego de esto su madre la llevó a recibir atención médica y fue diagnosticada con diabetes tipo 2. Además, la menor padece de apnea del sueño, un trastorno grave y a veces mortal causado por el exceso de grasa, interferiría porque puede provocar problemas cardíacos.
Angel también tiene hipotiroidismo, una afección que hace que la tiroides no libere suficiente hormona tiroidea, lo cual ha provocado que su metabolismo se ralentice drásticamente, lo que la pone en riesgo aún mayor de ganar peso.
Aunque no existe cura para el síndrome de Prader-Willi, existen algunas formas de controlarlo, como tomar supresores del apetito, pero según McDaniel en el caso de su hija no han funcionado.
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