Por qué es necesario remojar la avena
La avena es un cereal rico en varios nutrimentos. Además es un alimento que puedes aprovechar en platillos dulces y salados.
La avena es un cereal de la familia de las gramíneas cuyas semillas son ricas en varios nutrimentos.
Como la avena es un cereal de grano entero, conserva sus 3 partes intactas y mantiene su composición nutrimental original.
- Endospermo: Fuente principal de energía, pues contiene carbohidratos y proteínas.
- Salvado: Contiene fibra soluble e insoluble (en su mayoría como β-glucano), además de vitaminas del complejo B y minerales.
- Germen: Contiene grasas instaturadas, vitaminas del complejo B, además de nutrimentos con función antioxidante, como la vitamina E.
Se trata de un alimento vérsatil que permite preparar diferentes platillos y postres. Inclusive ha ganado popularidad el sustituir la harina blanca por la harina de avena a la hora de elaborar unos deliciosos hot cakes o muffins.
Pero, alrededor de este cereal surge ciertas dudas: ¿Cómo es mejor comerla? ¿Se debe remojar la avena antes de utilizarla?
La mayoría de la avena que se comercializa es en forma de hojuelas precocidas. Muchas marcas comerciales agregan azúcares y saborizantes en cantidades considerables, por lo que lo más recomendable es comprar las hojuelas naturales.
La avena es un buen alimento para incluir en el desayuno, ya que además de concentrar muchos nutrimentos y elementos protectores, su consumo genera una sensación de satisfacción por varias horas, evitando los antojos de media mañana.
Se recomienda complementarla con fruta fresca y/o seca, como pasas o dátiles, además de nueces o almendras y como lo dijimos antes, también puede formar parte de algunos guisados.
Pero, en algunos casos es importante que remojes la avena. Esto permitirá que sea más fácil de digerir y puedas aprovechar todos sus nutrimentos.
La avena es un cereal compuesto en un 50% por almidón. También contiene algunos antinutrientes como inhibidores enzimáticos, como ácido fítico y lectinas, lo cuales impiden que absorbas los nutrimentos.
Además, no remojar la avena puede provocar gases e inflamación debido a que no ha sido "transformada".
El hábito de comer avena cruda también puede acarrear deficiencias minerales como el hierro, zinc, calcio, magnesio y fósforo, lo cual podría deberse al ácido fítico que se pega a los minerales impidiendo que el sistema digestivo los absorba.