Las poblaciones indígenas no escapan de las consecuencias de la comida chatarra
Problemas como sobrepeso y diabetes han afectado a las comunidades y poblaciones indígenas.
Un webinario denominado "El derecho a la alimentación y soberanía alimentaria de los pueblos indígenas" organizado por el Centro Profesional Indígena de Asesoría, Defensa y Traducción A.C. (Cepiadet) se refirió a cómo ha afectado el consumo de alimentos ultraprocesados en los pueblos y comunidades indígenas.
Por ejemplo, la regidora de Educación del Municipio de Villa Hidalgo Yalalag, en la Sierra Norte de Oaxaca, expuso que su comunidad ha sido una de las más afectadas por la venta y consumo de productos industrializados.
Especificó que existen al menos 50 personas con diabetes. En el caso de la pandemia del Covid-19 dice que ya han tomado acciones tal es el caso de prohibir el paso a distribuidores de productos industrializados, con la finalidad de que la población regrese a su alimentación tradicional.
A su vez, Alejandro Calvillo Unna, director de Poder del Consumidor A.C., destacó que en América Latina, México es el mayor consumidor de estos productos. Los estados Oaxaca y Chiapas son los que tiene mayor consumo de soda.
Se realizó un estudio en apoyo con el Instituto Nacional de la Nutrición, en el municipio de Chilapa en la montaña de Guerrero y concluyeron que el 60% de las y los niños declaraban que habían incluido en su desayuno bebidas azucaradas y un porcentaje igual del alumnado de primaria, secundaria y preparatoria, declaraban haber consumido en día anterior, tres veces o más bebidas azucaradas.
Los niños de Chilapa, luego de recibir un taller sobre el tema de la alimentación chatarra decidieron organizarse para dejar de comprar frituras empaquetadas.
E dinero que gastaban en su consumo lo invirtieron en ingredientes locales para preparar, ellos mismos, un almuerzo nutritivo para ellos y sus compañeros. Lograron una mejor nutrición y bajar de talla.
En la mixteca oaxaqueña, el colectivo Ve’e Ñuu de Tlaxiaco, en el que participan Bacilia Riaño Bautista y Romeo Ramírez González, han empezado a comercializar alimentos producidos en el campo, como quelites, hongos, nopales, pulque y tortillas hechas a mano, con el objetivo de revalorar la comida de las comunidades indígenas.
Con información del Poder del Consumidor.