Síndrome de Piernas Inquietas: Asociado a trastornos del sueño según la FEDER
Es una patología neurológica asociada a los aproximadamente cuarenta trastornos del sueño o mal dormir catalogados, y muchas de las personas que lo padecen no lo saben por falta de diagnóstico, de acuerdo con datos de la Federación de la Asociación Española de Enfermedades Raras (FEDER).
Es como si una corriente eléctrica recorriera las piernas cuando están en reposo. Es necesario moverlas para calmarlas. Estos pueden ser síntomas del Síndrome de Piernas Inquietas, una patología neurológica asociada a los trastornos del sueño.
Entre el 5 y el 8% de la población sufre este especial síndrome, y un 2% de los afectados presenta un cuadro lo suficientemente severo como para necesitar tratamiento.
Aunque el origen de la enfermedad es desconocido, se sospecha que el déficit de hierro en la sangre podría ser el principal desencadenante del problema.
A pesar de que es una enfermedad poco estudiada, se considera muy probable que existan causas genéticas que determinen la aparición del síndrome.
El Síndrome de Piernas Inquietas es una patología neurológica asociada a los aproximadamente cuarenta trastornos del sueño o mal dormir catalogados, y muchas de las personas que lo padecen no lo saben por falta de diagnóstico, de acuerdo con datos de la Federación de la Asociación Española de Enfermedades Raras (FEDER).
Sin embargo, las estadísticas indican que entre el 5 y el 8 por ciento de la población la padece, y un 2% presenta un cuadro lo suficientemente severo como para necesitar tratamiento, según asegura el doctor Francisco Javier Puertas, jefe del Servicio de Neurofisiología y de la Unidad de Trastornos del Sueño del Hospital Universitario de la Ribera, en Alzira (Valencia, este de España).
Molestias en las extremidades
“Este trastorno neurológico sensitivo motor se caracteriza por una necesidad imperiosa de mover las piernas, acompañada de malestar en las extremidades, que empeora en reposo y se alivia al moverlas”, dice el doctor Puertas a propósito de los síntomas de la enfermedad.
La sensación exacta es difícil de definir, pero hay pacientes que lo describen como "una electricidad" en las piernas, o bien como una sensación de tener "burbujas en las venas", añade el especialista, quien aclara que el síndrome a veces se confunde con problemas derivados de varices, o de circulación sanguínea, e incluso con un estado de ansiedad.
El doctor Puertas, que es también presidente de la Sociedad Española del Sueño (SES), describe que los afectados por este síndrome comienzan a notar las molestias de forma más intensa “hacia el final la tarde y, sobre todo, por la noche cuando están en la cama, dificultando el inicio del sueño del paciente”, aunque también se puede presentar durante una fase más avanzada del sueño, lo cual repercute gravemente en el descanso.
“En los casos más severos, los pacientes se pueden pasar la noche dando vueltas en la cama o levantándose para caminar y tratar de aliviar así el malestar”, revela el neurofisiólogo.
El doctor Eduard Estivill, de la Unidad del Sueño el Instituto Universitario Dexeus de Barcelona (noreste español), asegura por su parte que este síndrome es más frecuente en las personas mayores, muchas de las cuales se quejan de “las sacudidas nocturnas de las piernas, movimientos bruscos de flexión y extensión de la extremidades, de uno a cinco segundos de duración y que se producen de forma periódica a intervalos de veinte a cuarenta segundos”.
Dopamina y hierro
El origen o la etiología del Síndrome de Piernas Inquietas, conocido también clínicamente como acromelalgia, es desconocido, si bien “parece que están implicados en el proceso de aparición de la enfermedad la dopamina y el hierro –dice el doctor Puertas-, cuyo déficit altera la función de aquella en el sistema nervioso”.
El experto reconoce también que se trata de un cuadro “bastante infradiagnosticado, no sólo en adultos, sino también en niños”. También advierte de que puede pasar desapercibido al principio en el caso de enfermedades neurodegenerativas, como el Parkinson, aunque “el deterioro neurológico y de algunos neurotransmisores, como la dopamina, pueden acentuar su presencia en estos trastornos”.
La posible alteración del déficit del hierro en la sangre es la razón por la cual los fármacos más avanzados para combatir está enfermedad tratan de simular la acción de la dopamina.
“Estos medicamentos se denominan agonistas dopaminérgicos”, subraya el neurofisiólogo.
Aunque todavía es una enfermedad poco estudiada, se considera muy probable que existan causas genéticas que determinen la aparición del síndrome.
“Se sabe que hay un aumento de frecuencia en familiares directos de los afectados y, en muchos casos, la generación siguiente inicia los síntomas antes que la anterior”, declara el doctor Puertas.
Por otra parte, los cambios de horario implantados en distintos países del mundo con fines de ahorro energético, pueden tener consecuencias en los afectados por este problema.
“Personas que ya sufren trastornos del sueño, entre ellos el de las piernas inquietas o insomnio, pueden ver agravada su patología por ese cambio en el horario", añade el especialista.