'The Whale', una película de terror corporal que aprovecha el miedo a la gordura
Darren Aronofsky, el director de la película, ha dicho que su película es “ un ejercicio de empatía ”.
'The whale' es una película sobre un hombre llamado Charlie que pesa más de 600 libras, quien está afligido por la muerte de su pareja y está efectivamente atrapado en su apartamento debido a su peso.
Por lo general, como en cualquier otra película sucedería el personaje gordo perdería peso para ganar aceptación o ser amado. Sin embargo, en esta película sucede todo lo contrario y cada vez su estado físico se hace más grande.
'The Whale' es una película de terror corporal que explota el miedo y el disgusto que siente la gente hacia la gordura, según un artículo publicado por The Conversation.
Una película de terror corporal
"The Whale”, protagonizada por Brendan Fraser, sugiere que aunque Charlie merece lástima, es una monstruosidad. En escenas se ve que el protagonista apenas puede ponerse de pie y pierde la capacidad de realizar las tareas más básicas, como recoger un objeto del suelo. Al final, el cuerpo de Charlie termina destruyéndolo.
Por su parte, el crítico de cine Robin Wood argumentó que "el verdadero tema del género de terror es la lucha por el reconocimiento de todo lo que nuestra civilización reprime y oprime".
Por lo cual, la gordura se ha convertido en el monstruo de una cultura obsesionada por la delgadez. Las personas obesas siguen siendo poco atractivas, anormales y discriminadas.
En 2012, el sociólogo Francis Ray White escribió que “la gordura se considera cada vez más como algo antisocial”, algo que “debe eliminarse en nombre de un futuro viable”. White señala que cuando se habla de la obesidad como una “epidemia”, se refuerza la idea de que la gordura es una enfermedad que hay que curar, y que los gordos no son personas sino portadores de un contagio.
Darren Aronofsky, el director de la película, ha dicho que su película es “ un ejercicio de empatía ”. Para Gay, "The Whale" describe la gordura como "algo despreciable, que debe evitarse a toda costa".
Artículo original publicado en The Conversation