Estudio: El estrés por la pandemia del Covid envejeció el cerebro de los adolescentes
La investigación señaló que los adolescentes también presentaron síntomas de ansiedad, depresión y problemas internalizados.
Un estudio, publicado en Biological Psychiatry: Global Open Science, ha mostrado que el estrés de la pandemia por el Covid-19 envejeció el cerebro de los adolescentes, en comparación con sus estructuras cerebrales estudiadas antes del virus del SARS-CoV-2.
La investigación también indicó que los jóvenes participantes presentaron síntomas más graves de ansiedad, depresión y problemas internalizados, como sentimientos de tristeza, baja autoestima, miedo y problemas para regular sus emociones tras el primer año de la pandemia.
Los resultados del trabajo mostrarían también los efectos neurológicos, pues los investigadores analizaron resonancias magnéticas de los cerebros de 163 jóvenes (103 mujeres y 60 hombres) realizadas antes y durante la pandemia y observaron una maduración de las estructuras cerebrales.
ENVEJECIMIENTO DE LOS CEREBROS DE ADOLESCENTES
El primer autor Ian Gotlib, profesor de psicología y director del Laboratorio de Neurodesarrollo de Stanford, señaló que sabían que la pandemia ha afectado de forma adversa la salud mental de los jóvenes, pero no que había tenido un efecto físico en sus cerebros.
De acuerdo con el académico, los cambios en las estructuras cerebrales se dan de forma natural al aumentar la edad, pero procesos como el aumento en el hipocampo y la amígdala, se dieron de manera acelerada en los jóvenes tras medidas como los como los confinamientos.
Dichos cambios tan apresurados de la edad del cerebro solo se habían visto anteriormente en menores víctimas de violencias, abandonados, familias disfuncionales o situaciones similares.
Gotlib mencionó que ni él ni su equipo se atreven a asegurar si los cambios físicos observados en el cerebro de los jóvenes durante la pandemia podrían asociarse con un empeoramiento de su salud mental. Tampoco se sabe si los cambios serán permanentes.
Antes del Covid, el laboratorio del psicológo reclutó a menores para estudiar la depresión en la pubertad y ver si tiene efectos a largo plazo, pero por el Covid-19 no pudieron continuar con su estudio y las resonancias magnéticas periódicas.
Un año después, los académicos se dieron cuenta que los cerebros de los jóvenes no eran los mismos ni bastaba con corregir el supuesto efecto de un año.
Comparados a los adolescentes analizados antes, los estudiados un año después, no solo tenían más problemas de salud mental sino que se observaban esos efectos físicos y una edad cerebal más avanzada".
El investigador tiene previsto hacer un seguimiento a los adolescentes que ha estudiado hasta el final de la adolescencia e inicios de la juventud para ver si la pandemia puede afectar a su desarrollo cerebral a largo plazo.