¿Por qué es importante aumentar el consumo de vitamina D en el invierno?

Cuando el otoño empieza, los rayos del sol ya no son tan intensos y cuando nos paramos bajo el sol, en vez de sentir ardor en la piel, sentimos una sensación agradable. Ese sol te llena de energía y buen humor, entre otras cosas, porque te proporciona vitamina D.

La vitamina D la adquirimos a través de la piel con la exposición a la luz solar, pero que también se encuentra en alimentos como el pescado azul (caballa, atún y sardinas), las setas y los productos lácteos y no lácteos enriquecidos.

Nuestro organismo necesita cierta dosis de vitamina D para mantenerse saludable, sin embargo, al acercarse el invierno y con él la reducción de luz solar, aumenta el riesgo de infecciones por carencia de vitamina D. 

¿Cómo obtener más vitamina D en invierno?

La vitamina D ayuda al cuerpo a absorber el calcio, indispensable para la salud ósea y mantiene el equilibrio necesario de calcio y fosfato para la mineralización de los huesos, además actúa para mejorar su capacidad de combatir las infecciones y reducir la inflamación.

Se puede obtener vitamina D de tres maneras: a través de la piel, mediante la exposición solar, a través de la alimentación y tomando suplementos. 

Hay algunos alimentos que naturalmente tienen algo de vitamina D:
 

• Pescados grasos como el salmón, el atún y la caballa
   
• Hígado de res
   
• Queso
   
• Hongos
   
• Yema de huevo

La vitamina D está en muchos multivitamínicos y suplementos, en este caso es importante consultar con su proveedor de atención médica sobre cuánto necesita tomar, la frecuencia con la que debe tomarlos y por cuánto tiempo.

Sin embargo, de acuerdo con la Biblioteca Nacional de Medicina, obtener demasiada vitamina D (conocida como toxicidad por vitamina D) puede ser perjudicial. Los signos de toxicidad incluyen náuseas, vómitos, falta de apetito, estreñimiento, debilidad y pérdida de peso. El exceso de vitamina D también puede dañar los riñones.
 

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