Niños corregidos con castigo físico tienden a ser más agresivos, afirma doctora
La especialista explica que los menores que son corregidos con humillación y castigo físico tienen mayor riesgo de desarrollar una enfermedad de salud mental o conductas delictivas.
Ningún estudio respalda el maltrato físico o la humillación para corregir a niñas, niños o adolescentes. | Pixabay
La pandemia no solo ha traído cambios en las modalidades de aprendizaje y trabajo, también ha hecho más visible el aumento de la violencia entre las familias debido a que pasar más tiempo juntos hace más evidente el poco entrenamiento para incrementar las conductas adecuadas y acabar con las no adecuadas, señala un artículo de la UNAM.
La doctora Carolina Santillán Torres Torrija, supervisora académica de la estrategia Crisis, Emergencia y Atención al suicidio de la Facultad de Estudios Superiores (FES) Iztacala de la UNAM, explica que aunado a la situación que se vive por los contagios del virus del Covid-19, las familias también se enfrentan a un ambiente de estrés debido al aumento de desempleo.
Consecuencias del castigo físico
“No hay ningún estudio que demuestre que a mayor castigo y humillación se tendrán mejores ciudadanos”, apunta la supervisora, quien también destaca que se ha demostrado que el castigo físico y la humillación solo logra que los niños y adolescentes cumplan con cierto orden a corto plazo, sin embargo, a largo plazo, los menores tienen a ser más agresivos, además de:
- Desarrollar conductas delictivas
- Ser antisociales
- Problemas para adaptarse
- Más probabilidades de desarrollar una enfermedad de salud mental
En en el caso de México, el Senado de la República anunció la aprobación de las reformas que prohíben explícitamente el uso de violencia física como método correctivo para niñas, niños y adolescentes, el cual es considerado un paso muy importante.
La académica expresa:
Estas acciones deben de acompañarse de otras, es una gran oportunidad para la psicología de difundir y de aportar tecnología conductual, herramientas y entrenamiento para quienes no tomaron cursos para ser papás, que son la mayoría”.
Según la doctora Santillán, desde hace 20 años se ha presentado un aumento de los talleres para padres y el haber logrado una ley puede organizar a las escuelas de padres para que más profesionales asesores a las instituciones educativas.
Asimismo, mencionó que la aprobación de dicha ley permitirá que la relación en la familia sea más democrática, pues es obligación de los padres educar a sus hijos pero de manera responsable y respetuoso, así como el menor tiene todo el derecho a expresar su opinión.
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