Parkinson: Alucinaciones y delirios, dos de los síntomas de esta enfermedad
La enfermedad de Parkinson puede ocasionar síntomas motores, pero también complicaciones cognitivas.
La enfermedad de Parkinson se define como una afección degenerativa del cerebro relacionada a síntomas motores, como es la lentitud de movimientos, temblores, rigidez y desequilibrio, explica la Organización Mundial de la Salud (OMS).
Este organismo agrega que las personas con este padecimiento también pueden presentar otras complicaciones, como es el deterioro cognitivo, trastornos mentales, del sueño, dolor y alteraciones sensoriales.
La progresión de dichas complicaciones y síntomas da lugar a tasas altas de discapacidad por esta enfermedad y también de necesidades de atención. Además, muchas personas desarrollan demencia durante el transcurso de la enfermedad.
DELIRIOS Y ALUCINACIONES COMO SÍNTOMAS DEL PARKINSON
La Parkinson's Foundation señala que del 20 al 20% de las personas en esta enfermedad experimentarán alucinaciones visuales.
Por su parte, la University of Florida Health indica que la psicosis es un trastorno frecuente en el Parkinson y que alrededor del 60% de los pacientes la presentan en algún punto de la enfermedad.
Dentro de este trastorno, algunos pacientes con EP pueden presentar alucinaciones, las cuales se definen como una percepción anormal sin la presencia de algún estímulo y es el síntoma más frecuente de psicosis en el Parkinson.
Por lo general son alucinaciones visuales que se suelen definir como imágenes bien formadas que aparecen brevemente y suceden en condiciones de baja luz ambiental.
No obstante también se presentan alucinaciones auditivas, táctiles, olfatorias o gustatorias y sensitivas.
Por otro lado, los delirios son creencias falsas que se mantienen pese a que no son ciertas y entre un 5 y 10% de los pacientes los presentan.
Em ambos casos es importante que el paciente con Parkinson le mencione al médico que se están presentando alucinaciones y delirios para que se identifiquen desencadenantes, como:
- Infecciones
- Trastornos de electrolitos
- Trastornos hormonales, como de la tiroides
- Tumores
- Enfermedad vascular cerebral
Al identificar el desencadenante se podrá iniciar o ajustar un tratamiento.
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