'Pederasta de Instagram' es condenado a 686 años de cárcel por engañar y abusar de menores
El hombre de 31 años tenía una doble vida, pues era abogado y entrenador de fútbol.
El hombre de 31 años, abogado de profesión, utilizaba Instagram para contactar y engañar a sus víctimas. | Unsplash
Un hombre de 31 años, conocido como 'el pederasta de Instagram' fue condenado a casi 700 años de cárcel por delitos de abuso sexual, así como mantener relaciones sexuales y grabarlas, distribuir contenido pedófilo y ciberacosar a casi un centenar de menores de edad.
La Audiencia Provincial de Madrid le impuso al hombre 686 años y 19 días de prisión por haber cometido delitos de abusos sexuales a menores de 16 años, así como por otros 98 delitos de captación y us de menor de edad con fines pornográficos, 74 delitos de difusión de material pornográfico a menores de edad, 13 delitos de corrupcióon, 25 de exhibicionismo y un delito de tenencia de pornografía infantil.
No obstante, la Sala le absolvió 59 delitos de ciberacoso, tres delitos de abusos sexuales y dos delitos de corrupción de menores.
¿QUÉ SE SABE DEL 'PEDERASTA DE INSTAGRAM?
De acuerdo con la sentencia a la que tuvo acceso el diario EL ESPAÑOL, José Ángel R. S., un hombre nacido en 1991, contactó por medio de redes sociales, especialmente Instagram, a menores de 16 años con la intención de mantener comunicación y hacer intercambios de naturaleza pornográfica con ellos entre 2015 y 2018.
En ocasiones José Ángel se hacía pasar por un menor de edad y hacía creer a sus víctimas que hablaban con un adolescente para acabar teniendo conversaciones libidinosas que el hombre impulsaba para producir excitación sexual.
En la resolución también se mencionó que el hombre enviaba videos e imágenes a los jóvenes de una menor desnuda o masturbándose y les pedía que le enviaran contenido similar.
¿CÓMO OPERABA EL PEDERASTA?
Si los engaños del hombre, quien era abogado y entrenador de fútbol en la categoría de cadetes en un municipio del sur de Madrid, tenían éxito, les proponía un trío con L. (como se identificaba él) y con un amigo de la supuesta menor que era él mismo.
En otras ocasiones el hombre se presentaba como un hombre mayor de edad e intercambiaba mensajes y fotos con contenido sexual para provocar excitación.
Incluso José Ángel llegó a ofrecer dinero o regalos a los menores para que accedieran a mantener relaciones sexuales. De esta manera logró que algunos sí lo hicieran.
El contacto con los menores comenzaba principalmente por Instagram y posteriormente las conversaciones proseguían mediante WhatsApp.
Cabe mencionar que en casi una treitena de los casos, el acusado se ganó la confianza de los menores de edad al aprovecharse de su falta de madurez afectivo-sexual.
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