Sexo oral y enfermedades de transmisión sexual, ¿cuáles son los riesgos?

El sexo oral es una práctica común en la vida sexual activa de muchos adultos.(Pexels) — El sexo oral es una práctica común en la vida sexual activa de muchos adultos. | Pexels

El sexo oral es una práctica común en la vida sexual activa de los adultos que consiste en utilizar la boca, labios y/o lengua para estimular el pene (felación), la vagina (cunilingus) o el ano (anilingus) de la pareja sexual.

Una de las dudas que suelen surgir alrededor de él es si se pueden transmitir enfermedades a través de las relaciones sexuales orales.

Los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) explican que muchas enfermedades de transmisión sexual (ETS) se pueden propagar de esta manera, por ello es importante utilizar condón, un dique dental u otros métodos de barrera para disminuir el riesgo de transmitir o contraer una ETS.

Asimismo, subraya que aunque el sexo oral podría presentar un riesgo menor de propagar el VIH, las exposiciones reiteradas y sin protección podrían incrementar el riesgo de transmisión.

Muchas ETS como también otras infecciones, pueden propagarse a través del sexo oral. Cualquier persona que se exponga a una pareja que esté infectada puede contagiarse y contraer una enfermedad en la boca, garganta, genitales o el recto.

Los CDC explica que el riesgo de contraer una ETS a través de las relaciones sexuales orales, o de propagar una ETS de esta misma manera depende de varios factores, como son:

La ETS en particular.
Actos sexuales practicados.
Cuán común es la ETS en la población a la que pertenecen las parejas sexuales.
Cantidad de actos sexuales específicos que se practiquen.

Es posible contraer algunas ETS en el pene, posiblemente en la vagina, ano o recto, al recibir sexo oral de una persona que tenga una infección en la boca o garganta. Además es posible tener una enfermedad de transmisión sexual en más de una zona al mismo tiempo; por ejemplo en garganta y genitales.

Cabe mencionar que las ETS se pueden transmitir a una pareja sexual aún cuando la persona infecta no presenta síntomas, pues muchas de ellas tardan en manifestarse.

¿Qué ETS se pueden transmitir a través del sexo oral?

Clamidia: Se trata de una infección de transmisión sexual causada por la bacteria clamidia trachomatis. Es posible que una persona no sepa que tiene Clamidia porque en ocasiones no tienen signos o síntomas, como dolor genital y secreción de la vagina o del pene. Clínica Mayo señala que eo es difícil de tratar, pero si no se trata puede conducir a problemas de salud más graves.
Gonorrea: Es una infección causada por una bacteria de transmisión sexual que infecta tanto a hombres como a mujeres. Suele afectar con mayor frecuencia la uretra, el recto o la garganta. En las mujeres, la gonorrea también puede infectar el cuello de la matriz.
Sífilis: Es una enfermedad que comienza como una llaga indolora, por lo general en los genitales, el recto o la boca. La sífilis se transmite de persona a persona a través del contacto de la piel o de las membranas mucosas con estas llagas. Puede dañar gravemente el corazón, el cerebro u otros órganos, y puede ser potencialmente mortal.
Herpes genital: Es causado por el virus del herpes simple. Su principal vía de propagación es el contacto sexual. Después de la infección inicial, el virus permanece inactivo en el cuerpo y puede reactivarse varias veces al año. Puede provocar dolor, picazón y llagas en los genitales, pero también es posible que no presente ningún signo ni síntoma. Si estás infectado, puedes contagiar, aun cuando no tengas llagas visibles.
El herpes genital no tiene cura, pero los medicamentos pueden aliviar los síntomas.
VPH (virus papiloma humano): Algunos tipos de VPH genital pueden causar cáncer de la parte inferior del útero que se conecta a la vagina (cuello uterino). Estas infecciones a menudo se transmiten sexualmente o a través de otro tipo de contacto de piel a piel.
VIH (virus inmunodeficiencia humana): Es una infección de transmisión sexual. También puede transmitirse por el contacto con sangre infectada o de madre a hijo durante el embarazo, el nacimiento o la lactancia materna. No existe cura para esta enfermedad, sin embargo, los medicamentos pueden ayudar a retardar el avance.